lunes, 10 de mayo de 2010

Cómo enfrentar la escasez de trabajadores


La mano de obra se vuelve cada vez más escasa y cara en el agro. Apuestas por una modernización de la legislación laboral y mayor mecanización son parte de las soluciones que proponen empresarios y temporeros.
Eduardo Moraga Vásquez
El terremoto encendió las alarmas en el sector frutícola.

Más que daños a las instalaciones o a las obras de riego, el principal perjuicio se produjo en la mano de obra. Por ejemplo, el 30% de los temporeros de la Región del Maule no se volvió a presentar. Una cifra relevante si se tiene en cuenta que año tras año la oferta de mano de obra se ha vuelto menos abundante y más cara.
El resultado: a partir de marzo, los agricultores de la VII Región enfrentaron una cosecha y empaque más lentos, lo que dañó la calidad de las frutas.
Lo que puede ser visto como un mero accidente, el terremoto, para otros es una primera señal de lo que está por venir en el agro chileno: una fuerte escasez de mano de obra.
"El ítem laboral es el temazo de esta industria. La fruticultura de este país tiene muchos elementos a su favor para su desarrollo futuro, desde producir en contraestación hasta la calidad de sus profesionales. Sin embargo, el gran pero de cualquier proyecto frutícola va a ser el encarecimiento y baja oferta de mano de obra. Un punto vital si se tiene en cuenta que la industria de la fruta es altamente demandante de trabajadores", afirma Antonio Walker, presidente Fruséptima, la organización que reúne a los productores de fruta del Maule.
Según el dirigente, en los últimos tres años el valor de los salarios de los temporeros se ha incrementado en más de 50% medidos en dólares. El salto se produce tanto por la caída de la divisa norteamericana, la competencia por trabajadores con rubros como el retail y el natural avance de los sueldos indexados a la inflación local.
Como los ingresos de buena parte de los agricultores, desde un productor de trigo en Victoria a uno de uva de mesa de Copiapó, está atado a los dólares, se entiende por qué hay tanta preocupación por el ítem laboral.
Sin embargo, lo más interesante es que el agro no sólo se queda en el diagnóstico, sino que también hay propuestas: desde cambios en la legislación laboral hasta el rediseño de huertos.
Nuevo enfoque legal
Una primera reforma apunta a modernizar el marco legal en que se mueven las relaciones laborales en el agro. El gran problema es que hoy se presume que los intereses de los trabajadores y los empresarios se contraponen, además se colocan exigencias propias de la ciudad a sectores rurales.
"Muchas veces hay posibilidades de que los mismos trabajadores se pongan de acuerdo con los empresarios para trabajar más horas en fechas de mucha actividad, como la cosecha, pero la legislación lo impide. El rubro agrícola no es como una fábrica en Santiago, que puede programar su producción a lo largo del año; por el contrario, se trabaja con seres vivos. Por ejemplo, si una manzana no se saca en el momento justo, se pierde mucho en calidad. Si existe común acuerdo de temporeros y patrones, sin abusos, debería permitirse una extensión de la jornada", afirma Segundo Steilen, presidente de la Confederación Nacional Campesina.
Pero, además, se necesita cambiar el espíritu con el que trabajan los organismos públicos, especialmente la Inspección del Trabajo.
"Hoy se opera con una actitud en que se presume la mala fe de los empresarios. Son cerca de 500 normas laborales que se aplican al agro. Sí tú cumples en el 95%, igual pasas a la lista negra por el 5% restante. Sería mejor que las autoridades apoyaran el cumplimiento, señalando los problemas y dando plazos razonables para solucionarlos. Así ganaríamos todos", afirma Antonio Walker.
En ese mismo sentido se apunta a mejorar el acceso a beneficios y subsidios estatales a los trabajadores. De hecho, una de las primeras propuestas que lanzó la comisión de trabajadores y empresarios frutícolas fue proponer el primer "estatuto del temporero".
"Hay que eliminar la discriminación que sufren los temporeros, quienes pierden beneficios de salud, seguridad social y subsidios de agua potable y electricidad, por el sólo hecho de trabajar y generar ingresos en la temporada. Esto hará que se evite la tentación de emigrar hacia las ciudades", afirma Ronald Bown, presidente de la Asoex y parte del grupo del estudio del estatuto del temporero.
La tesis detrás de estas tres propuestas es que si se quitan las ineficiencias existentes en la legislación, mejorará la rentabilidad de los agricultores y la calidad de vida y los ingresos de los temporeros. Negocio redondo para todos.
Nuevos huertos
Las propuestas para enfrentar el escenario de menor oferta de trabajadores no se limita al ámbito legislativo, también entran en el área chica de la producción.
Un primer punto es aumentar el uso de maquinaria en los campos. La idea es que con menos personas se puedan hacer las mismas labores, lo que redundará en mejores sueldos para los trabajadores que queden en los sectores rurales.
"Antes se pensaba que era imposible mecanizar el cultivo de los tomates, pero esos productores vieron que cada vez tenían menos temporeros y dieron un paso hacia el mayor uso de tecnología. Otros rubros tienen que seguir ese ejemplo", afirma Francisco Duboy, presidente de los productores de fruta de la Sexta Región.
Eso sí, Antonio Walker advierte que en el caso de la fruticultura dar ese paso requiere de mayor investigación y desarrollo made in Chile, pues la mayoría de la tecnología obedece a escalas de terrenos diferentes a las que se trabajan en Chile. Un caso típico es la proveniente de Europa, que está hecha para predios de 5 hectáreas.
Otro elemento es diseñar huertos -teniendo en cuenta que la fruticultura es la actividad que más demanda mano de obra en el agro- que faciliten la labor de los trabajadores.
Un punto clave es la eficiencia "peatonal", para facilitar el desplazamiento de los trabajadores y evitar que éstos ingresen a trabajar al poco tiempo de que se haya regado, por ejemplo. Otro objetivo es manejar una menor altura y diámetro de los árboles, facilitando el acceso de los trabajadores a la fruta y disminuyendo la posibilidad de accidentes.
"Tampoco hay que olvidar la necesidad de mejorar las instalaciones para los trabajadores, como los comedores y los baños. Tienen que ser muy cómodos. El agro tiene que ofrecer muy buenas condiciones para los trabajadores, para sacar la idea a las personas que trabajar en el campo es casi un castigo. Si somos capaces de mejorar desde la legislación hasta los comedores, vamos a ser un sector muy atractivo para laborar", concluye Antonio Walker.
Efecto terremotoRonald Bown, presidente de Asoex: "La disponibilidad de trabajadores se agudizará en la medida que se acerque el invierno, lo que podría afectar en especial a la fruticultura, debido a la concentración de los daños en regiones frutícolas. La destrucción de las viviendas rurales es la principal causa de una búsqueda de vivienda en las ciudades. Eso hace indispensable que la reconstrucción de viviendas definitivas en las zonas rurales se haga con la mayor rapidez posible.

Eduardo Moraga Vásquez.
Fuente : Revista del Campo El Mdercurio

No hay comentarios:

Publicar un comentario